La Real Sociedad tiene una cantera que no es de piedra, sino de arena. Una cantera diferente al del resto del mundo. Una cantera que tiene como origen la playa.
Haga frío o calor. Llueva o nieve. Cada fin de semana, centenares de jóvenes inundan las playas de Donostia y Zarautz para disputar los partidos correspondientes a los torneos playeros.
Montan las porterías con sus compañeros. Marcan las rayas del campo. Y, sobre todo, se dejan el alma sobre la arena con toda la ilusión.
Muchos de los grandes jugadores de la Real han luchado sobre la arena: Chillida, Arconada, De Pedro, Xabi Prieto… El mismo José Mari Martínez cuenta que cuando tenía 12 años, cortaban un árbol del monte y llevaban el tronco a un carpintero conocido para que lo serrara. Después, metían los postes en la parte trasera del topo, de tal manera que el interventor no los viera, y llevaban la portería entre todos a Donostia. Todo el equipo almorzaba en el bar Anastasio de la capital guipuzcoana. Hacían gasto allí, porque le dejaban guardar las porterías en el patio interior hasta la próxima semana.
Muchos de los grandes jugadores de la Real han forjado el carácter y el espíritu de compañerismo sobre la arena de sus playas.