A un paso de la final de la Champions

La Real Sociedad rozó la gloria en abril de 1983. Se enfrentó al Hamburgo en semifinales de la Copa de Europa, hoy Champions League. Algo que no cabía ni en el más loco de nuestros sueños.

Se dice fácil. Pero al más puro estilo txuri-urdin, sin hacer ruido y a base de trabajo, el conjunto guipuzcoano se coló entre los cuatro mejores de Europa. Antes, el Vikingur, el Celtic de Glasgow y el Sporting de Lisboa no pudieron con la Real.

Pero el último escollo hacia la final no era nada fácil. Debía enfrentarse a la Juventus, al Widzew o al Hamburgo, todos ellos campeones de las ligas de sus respectivos países. La suerte deparó que los realistas debían enfrentarse a uno de los equipos más fuertes y talentosos del momento, y el que a la postre, sería campeón: el Hamburgo.

Entrenados por Ernst Happel, los alemanes contaban con jugadores de la talla de ‘Manni’ Kaltz, Félix Magath o Kevin Keegan. Pero no sabían del orgullo y de las ganas de ganar de la Real. Y terminaron sabiéndolo.

En el partido de ida no pudieron con Atotxa. El partido terminó con empate a uno. Rolff adelantó al equipo visitante, y Gajate igualó la contienda a poco antes del final del partido. Todo se decidiría en tierras germanas.

A consecuencia de las lesiones, Ormaetxea tuvo grandes dificultades para confeccionar el once, y echó mano de jugadores del Sanse. Pero la Real no se amedrentó, y estuvo a punto de dar la campanada. Jakobs adelantó a los alemanes a la salida de un córner, pero Diego puso las tablas con un auténtico golazo. A siete minutos del final llegaría la decepción. Hessen puso el definitivo 2-1 en claro fuera de juego. Un offside que el asistente, curiosamente alemán, no quiso ver.

Finalmente, la Real Sociedad no consiguió clasificarse para la final de la Champions. Pero al igual que fuimos humildes en las victorias, estuvimos muy orgullosos de los nuestros en la derrota.